lunes, 4 de mayo de 2009

Glifosato


El glifosato, creado en los años 60, es un herbicida de amplio espectro, no selectivo, utilizado para matar malezas (pastos anuales y perennes, hierbas de hoja ancha y especies leñosas). Es absorbido por las hojas y ejerce su acción herbicida a través de la inhibición de varias enzimas*, impidiendo así que las plantas elaboren tres aminoácidos* aromáticos esenciales para su crecimiento y supervivencia.
El glifosato va acompañado de otras sustancias para aumentar su eficacia, que no están especificadas en la etiqueta y que producen mayor toxicidad aguda.
El glifosato es el principio activo del herbicida Roundup (nombre comercial de Monsanto) con la que se fumigan los cultivos transgénicos* de soja, maíz y algodón. Estos cultivos transgénicos tienen resistencia al glifosato, fumigan los cultivos para matar el resto de hierbas y los cultivos no quedan afectados por el tóxico porque están preparados genéticamente para resistirlo.

En cuanto a las formas de exposición, la toxicidad de estos productos (glifosato puro y fórmulas compuestas-Roundup-) es mayor en casos de exposición dérmica (la piel tiene la capacidad de absorber sustancias) e inhalatoria (respirando en ambientes intoxicados por glifosato), aunque también en casos de ingestión.
Los riesgos que esta sustancia conlleva para la salud humana son: toxicidad subaguda (lesiones en glándulas salivales), toxicidad crónica (inflamación gástrica, problemas respiratorios, alergias)), daños genéticos (en células sanguíneas humanas), trastornos reproductivos (reducción de espermatozoides, abortos, malformación fetal), efectos cancerígenos y contaminación de alimentos.
En humanos, los síntomas de envenenamiento incluyen irritaciones dérmicas y oculares, náuseas y mareos, edema pulmonar, descenso de la presión sanguínea, reacciones alérgicas, dolor abdominal, pérdida masiva de líquido gastrointestinal, vómito, pérdida de conciencia, destrucción de glóbulos rojos, electrocardiogramas anormales y daño o falla renal.

El glifosato no sólo afecta a las plantas sino a todos los seres vivos, además mata plantas autóctonas y en peligro de extinción, contamina el suelo y las aguas superficiales y subterráneas. Según la EPA (Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos ), el glifosato que llega al suelo es fuertemente absorbido, por eso, aunque es altamente soluble en agua permanece en las capas superiores del suelo y tiene una vida media de más de 60 días (lo que tarda en ser descompuesto por microorganismos), incluso pueden encontrarse un año después. Las plantas que no mueren, absorben el glifosato y se encuentran en las partes que se usan como alimento, como por ejemplo en fresas, moras azules, frambuesas, lechugas, zanahoria y cebada. De esta forma nos encontramos en continua exposición a través del consumo de alimentos que contienen residuos de pesticidas (la mayoría, excepto los alimentos orgánicos*)

Argentina es el segundo productor mundial de cultivos transgénicos con 19.1 millones de hectáreas en el 2007, el 19% de la superficie destinada a este tipo de cultivos en todo el mundo; de los cuales 16 millones son de soya, 2,8 millones de maíz y unas 400.000 de algodón, según el informe de ISAAA (Servicio para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas). Prácticamente el 100% de la superficie de soja y el 90% de cultivos de maíz fueron sembrados con semillas tolerantes al herbicida glifosato.

Actualmente, en las zonas rurales usan glifosato formulado (Roundup) en los cultivos transgénicos a través de fumigaciones terrestres y aéreas, lo que conlleva un gran peligro para la salud de las personas que viven allí: ellas son rociadas, sus casas, las aguas, la tierra y los cultivos no transgénicos, además de que el viento esparce este tóxico en largas distancias.

También se esta utilizando en plazas, donde los nenes después y juegan y a los costados de las vías del ferrocarril como la línea Roca, Sarmiento, entre otras.

Las plantas resistirán el glifosato, pero no ocurre lo mismo con las personas que van a las plazas o viven pegados a las vías, o con los trabajadores del campo que mueren de cáncer por el contacto directo o por la contaminación de las napas con los agrotóxicos. También existe una tasa de mortalidad al nacer, abortos espontáneos y malformaciones en constante crecimiento a causa de la utilización de estos productos.

Y los años pasan y siguen destruyendo la tierra, a la humanidad entera, sin importarles si millones de personas mueren de hambre, por enfermedades o si miles de especies están en peligro de extinción, para ellos, los de arriba, todo es un negocio.

Esta gran maquina estatal y capitalista de muerte sigue avanzando y somos nosotros, los animales y la tierra los que pagamos los platos rotos mientras los de arriba disfrutan de los lujos ganados a través de la explotación de millones de personas y de la destrucción de la tierra.

1 comentario:

  1. Hola, que tal, algo habia escuchado antes sobre este tema, la verdad que es terrible, un acto bastante prudente seria ir a donde lo venden o distribuyen y terminar con todo, pasa que este tipo de toxicos en la cañeria que podria hacer?, de todos modos ya esta en todos lados. que mal. voy a seguir el blog
    Anarquia, Salud y Libertad

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