lunes, 13 de abril de 2009

La crisis es el modo capitalista de financiación




viernes, 17 de octubre de 2008

Bruno Lima Rocha (politólogo y periodista) y João Pedro Casarotto (contador y dirigente Del sindicato del fisco en Rio Grande do Sul)

El lunes 29 de septiembre fue un día histórico para el capitalismo contemporáneo. Fue el día que la Cámara de los Diputados de Estados Unidos rechazó por primera vez el paquete de salvación financiera para los banqueros aventureros del Norte, allí quedó explícita la noción de que la crisis es un crimen.

Esto nos lleva a dos conclusiones.

Sí hay crimen, pero no el cataclismo que los medios divulgan. La mayor prueba de que no hay ese cataclismo es este primer rechazo de la Cámara de Diputados. Después, en la típica carrera codo a codo disputando las sobras, la votación de los diputados se revirtió. Si hubiese acontecido el cataclismo anunciado, el Congreso de EEUU habría aceptado el Plan Bush-Paulson aún antes de ser enviado. El robo endémico sucedió con los bancos de inversiones que ya habían sido desregulados por Clinton (el mejor amigo del ex presidente Fernando Henrique Cardoso). Estaba escrito que esto sucedería.

Es preciso comprender que la gestión temeraria y los fraudes continuados en los balances de gigantes corporativos del tipo sociedad anónima, fueron la esencia del gobierno de Bush Jr. Ésta tampoco es la primera burbuja de la última década. Ya hube otras burbujas antes de la sub prime, que fue el caso de las empresas de alta tecnología. La jugada fue tan alta que estas empresas fueron separadas de la bolsa de NY y formaron la Nasdaq. Esta era la nueva bolsa de valores creada solamente para empresas de alta tecnología para evitar que las especulaciones con estas empresas afectaran la economía real representada por la bolsa de Nueva York.

Si hay crisis en el capitalismo, no es por superproducción, sino por la transformación en commodities de todo aquello que pueda ser comercializado en un mercado futuro. Es decir, todo que puede convertirse en mercancía puede ser fruto de especulación. Y, para empeorar la cosa, el dinero circulante en el mundo está compuesto en más del 80% por activos financieros. Los índices más correctos apuntan a que solamente 1% del dinero es en especie, sea en papel moneda o metal. Otro 11% son depósitos bancarios perfectamente cuantificables y con identificación de valor. Y el restante, el 88% del total, es puro juego de azar. No existe economía real que resista a tamaño descontrol. Ahora lo que se vive en los bastidores, es la defensa de los bancos comerciales de los EEUU, que no pudieron hacer las mismas trampas de los llamados “bancos de inversión”. Los bancos de ahorristas estaban siendo altamente reglamentados, y en el caso concreto del ahorro, tienen una vigilancia severa después del golpe de 1987, en el cual estuvo directamente involucrado el candidato republicano -en esa época ya senador- John McCain. Los banqueros “formales” no pudieron hacer las criminales y sucesivas maniobras y están airados por la ayuda que Bush Jr. dio a los bancos de inversiones, pues esto va desequilibrar a todo el mercado financiero dándole una gran competitividad a esos bancos de inversiones fraudulentas.

Además de los banqueros comerciales de EEUU, la Comunidad Europea también está gritando con estrépito por las maniobras de Bush. Esto nos prueba también que no hay el tal cataclismo, en el que quieren hacernos creer para poder colocar más dinero para la liquidez de fondos que son ilíquidos por su propia naturaleza fraudulenta. Si hubiera este cataclismo todos indistintamente, congreso, bancos comerciales, comunidad europea, darían un apoyo integral, irrestricto e inmediato, pues todos, de momento, dependen de los EEUU.

Lo que hubo fue crimen sí, pues formaron una gran y criminal cuadrilla de manipulación financiera. La burbuja inmobiliaria es siempre la primera señal de crisis. Primero explotan las negociaciones de tipo inmóvil para residencias o negocios. La lucha sin tregua por el suelo urbano y metropolitano es seguida por la expansión del crédito de riesgo y la compraventa, en el sentido especulativo, de millones de metros cuadrados urbanizados. Así ocurrió en 1929, lo mismo sucedió en las operaciones de tipo “land sharking” de la burbuja japonesa del final de los ’80 y que llevó a Japón en la recesión desde ese entonces y lo mismo se dio ahora en la última década, con el absurdo de la tal sub-prime en los EUA.

Conforme ya dijimos, la “burbuja” es acción criminal, de tipo especulativo, inflando una cadena de préstamos sin correspondencia real y repitiendo la solución de salva-vidas con el dinero que sale de la sociedad y va directo a generar “liquidez” en el cajero y en los bolsillos de los altos ejecutivos.

Esta alta clase dirigente y operadora de inversiones, sumada a los dueños de los grandes medios existe como una forma de sustentación de la macro-criminalidad. Es una oligarquía controlada por los CEOs de las transnacionales, que ejecuta su forma de gobierno y desregula –regulando a su favor- todo lo que puede alrededor del mundo. En este momento estamos asistiendo a una estruendosa "realización de logros" que promueve una brutal transferencia de renta hacia la aristocracia norteamericana. Esta maniobra, aún cayendo sobre el contribuyente estadounidense y pasándole la cuenta a todo el planeta, es el ejemplo de guerra "quirúrgica", una forma de acumulación de riquezas brutal y descarnada.

La financiación del capitalismo está mostrando su faz más cruel y da inicio a un proyecto oligárquico de poder en la nación más poderosa del mundo, es decir, el gobierno de pocos en beneficio propio, con el amparo en la riqueza pecuniaria.

Cuando la economía pierde su materialidad aparente y gana otras formas de concreción, la “confianza” aumenta de peso. Vivimos en la era de la información y en especial de las tecnologías de información. Aun así es entre bastidores que funciona el submundo de los negocios financieros. Este nivel más o menos compartimentado juega un papel fundamental en el que entran con peso las agencias de riesgo.

Un ejemplo es el ataque al petróleo, primero forzando un alza y después haciendo caer el precio del barril. La burbuja de las commodities es igual para las empresas de alta tecnología y el subprime. Todas son pura especulación, rapiña pura. Todas las commodities fueron infladas criminalmente y el gran ejemplo de ello es la commodity petróleo. Ella fue llevada a las alturas con maniobras financieras y con el apoyo de los medios que hacían creer que el precio realmente estaba alto.

Pero estas cotizaciones alcanzadas sólo lo fueron en las bolsas pues:

1) No hubo ni hay escasez, por el contrario hay cada vez más descubrimientos de reservas de petróleo, como es el caso del pre-sal brasileño.

2) Los costos de explotación continuaron siendo los mismos, la única elevación real fue a que hubo fue un aumento de la inflación norteamericana y de la depreciación del dólar (estos valores fueron los únicos aumentos reales que influenciaron el alza del precio del petróleo). El incremento de estos costos no llegó ni a los pies de los aumentos fruto de la especulación. Considerando estas variables, el incremento del costo de extracción en el pozo en los países árabes no debe haber llegado a 10 dólares por barril. Todo el resto fue pura especulación. Esta situación también es un grueso crimen que va a repercutir profundamente en toda la economía, pues fueron estos falsos valores que impulsaron (por mostrarse supuestamente económicamente viables) la investigaciones del tipo pre-sal, biodiesel, etanol, etc. En el momento que el precio del petróleo caiga, como va a caer, muchos de estos proyectos quedarán económicamente inviables. Este es la prójima jugada que será provocada por las transnacionales dueñas del petróleo, bajan los precios y derrumban todas las energías alternativas.

Y hablando de “análisis de riesgo”, ¡el mayor riesgo es confiar en estos análisis! Estas empresas de "auditoria" no sobreviven a una auditoria bien hecha. Si hubiese una justicia global, todo el asunto sería sólo un caso policial. Un fraude sin fin. Ellos están en esta estafa hace mucho tiempo. Firman cualquier tipo de balance, crean su fama a través de los medios de comunicación corruptos e incompetentes. Quién tendría que auditar no hace auditoria sino especulación, son las mismas empresas que dieron el “investment grade” para Brasil, las mismas que avaluaron de forma positiva a los bucaneros de las finanzas.

Es el caso de la Standard & Poor’s, que se definió como el auge del fraude globalizado, al avaluar de forma positiva el pozo sin fondo del Lehman Brothers. Muchas de estas agencias dieron créditos de confiabilidad para gigantes fraudulentos como la Merrill Lynch. Lo mismo se dio con su supuesta pericia y auditoria, como en el caso de la Pricewaterhouse Coopers o la Arthur Andersen.

El quiebre de la Banca debía instituir, en términos de justicia social, un severo castigo a los ejecutivos de 1º, 2º y 3º escalón de las empresas estadounidenses que fueron a la bancarrota, como Bear Stearns; Fannie Mac ;Freddie Mac; Lehman Brothers; la propia Merrill Lynch (imbatible en las operaciones de riesgo y corrupción); los bancos de inversiones Goldman Sachs y Morgan Stanley y que ahora van capitalizar los recursos de los pobres ahorristas; Washington Mutual y el sexto mayor banco de los EUA, el Wachovia. En la hora de la rapiña, instituciones con alguna solidez y presencia en la Administración Bush Jr., como el Bank of America y el Citigroup (del jefe del gobierno del Consejo de Política Monetaria –COPOM– el banquero Henrique Meirelles) van a comprar a precio de gallina flaca y con ayuda de dinero público, la masa fallida.

No quedaría solo ahí el castigo, si hubiera Justicia para la elite por parte de la propia elite. Porque además de los ejecutivos, el castigo tiene que ser extendido a los accionistas, los que realmente ganan dinero y para los políticos que abrieron las puertas para el inicio del descontrol organizado por los financistas. Debía ser extendido también a los medios corporativos que vendieron la ilusión de la ganancia. Pero, como castigar, si el actual secretario del Tesoro de los EUA, el republicano Henry M. Paulson, aún es ex-presidente del Goldman Sachs, una de las empresas campeonas del robo y que ha tenido ejecutivos procesados por el FBI. El crimen continúa porque el paquete del Tesoro de los EUA será administrado por un bloque de correctoras de Nueva York. No por casualidad los ejecutivos líderes de estas empresas de especulación son ex-compañeros que trabajaron bajo las órdenes de Paulson cuando él era presidente del banco que ayudó a quebrar la economía irreal. O sea, son los predadores como él, quines van a administrar los recursos del contribuyente y el aumento de la deuda interna de EEUU, que en la práctica es pagada por todos nosotros en el resto del mundo.

Paulson representa una fracción de la clase dirigente que está al frente de una transnacional del tipo “fraudes globales”, como la Merrill Lynch. La mega correctora, así como sus congéneres, se volcó completamente al juego de azar en la Bolsa y las hipotecas podridas, y ahora con el dinero del Tesoro van a volcar “players gigantes”. La estupidez de la Unión Europea es la versión más antigua de un “gentleman”, como el mafioso Silvio Berlusconi. Están socorriendo a los grupos financieros en dificultad y siguen pagando la ruleta del casino en las acciones de tipo tiovivo.

La ruleta quebrada llegó a Europa también con la quiebra del banco inglés Bradford & Bingley, cuya suspensión de pagos fue dividida entre los herederos de la herencia de Thatcher y Major y cuyo cadáver fue entregado a la saña del Banco Santander; del alemán Hypo Real Estate. Mega especulación inmobiliaria en la lejana Islandia, donde el Glitnir, tercer banco del país, fue “comprado” por el gobierno local en el 75% de sus acciones, y con el “banco de inversión Fortis, donde los gobiernos de Holanda, Bélgica y Luxemburgo, (paraíso financiero e isla de lavado de dinero en el viejo continente) compraron el 49% de esta institución cuya existencia real es una joint venture del casino en los países bajos.

El bumerang en términos de economía política de esa salvación de tipo “keynesianismo financiero” es el aumento de la deuda pública de los países de capitalismo avanzado. Los EUA tienen más del 70% de su PIB comprometido con el rombo del Estado. Lean con atención, la mayor potencia bélica del mundo ha comprometido a 2/3 de su economía, en el casino sin fin del alargamiento y transferencia de su deuda. En la Europa comunitaria, los bancos centrales quemarán buena parte de sus reservas. La aplicación de rescate y socorro no fue para la salvaguardia de los ahorristas, sino para los CEOs de las instituciones especuladoras.

Lo más probable es que el próximo gobierno de los EUA irá a socorrer todo este azar de las finanzas. Puede ser que hasta alguien pague el pato y vaya preso, pero el castigo colectivo de los corsarios del casino digital, no sucederá. El riesgo de un nuevo “Camelot”, como ocurrió con los asesinatos de J.F. Kennedy, Martin Luther King y Bob Kennedy, fue enterrado. Esto ocurrió cuando el también Chicago Boy, Barack Obama metió el cuerpo y fue al Senado a votar con Bush Jr. (el falso idiota, el hombre que concordó en quebrar a su país para atender a su clase), Ben S. Bernanke (presidente del Fed), Henry M. Paulson (representante de los bancos de inversión a finales del gobierno de George W. Bush) y Dick Cheney (hombre de confianza de las gigantes del petróleo y de las empresas de contratos militares privados).

Repetimos lo que afirmamos antes. La mejor hipótesis explicativa de la responsabilidad de esta crisis apunta al nexo político-criminal y financiero. O sea, el generador de la crisis fue una conspiración de tipo clásica. Ya existen líneas de investigaciones abiertas por el FBI. En el Viejo Mundo, la tesis más pertinente es la de un comisario de la DST francesa (contra inteligencia). Apunta el especialista en crimen financiero que la crisis del sub prime tuvo el mismo modus operandi de 1987. Para quien no se acuerda, ¡una buena parte de los sospechosos son los mismos!

Las elites financieras, los predadores del antivalor, sólo comprenden la crisis del mercado financiero nada más que como una alternativa de supervivencia. El verdadero castigo de esta elite es la multipolaridad y la quiebra del patrón dólar como forma de cambio en la economía globalizada.

Esto porque el único raciocinio razonable es el siguiente. El mundo en que vivimos es el de la forma mercancía inmaterial, cuando todo se vuelca en commodities y puede ser blanco de acción especulativa. De fluctuación en fluctuación la “confianza” -construida por la conspiración financiera y mediática- impera. En la hora de la bomba H (cuando todo explota) entra en el campo un híbrido de Keynesianismo de tipo financiero, para salvar a los tiburones y especuladores.

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Fuente: http://desalambrando.org.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=207&Itemid=78

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